jueves, 7 de enero de 2010

El comienzo de 2010

Eso es: ¡Sea esta la ocasión para dar la bienvenida al nuevo año 2010 y a los mejores sentimientos que lleguen a este portal! En verdad, pocos momentos hay más oportunos para hacerlo, que los primeros días de la temporada que se inicia, para desear las máximas suertes a las personas tan especiales...
Sea, pues, la oportunidad para brindar por este encuentro, que aunque parezca virtual no lo es tanto. Por fortuna, aquí los mejores sentimientos son reales. Así que va la invitación para compartir esta vivencia del verano imperante en el ocaso de 2009 y los albores del 2010 en este lugar apacible, donde, ¡de veras!, quiero ver declinar la tarde de mi existencia.
Este, por ejemplo, es uno de los rincones favoritos en Villa Laura. A la izquierda está un viejo banco que se deja abrigar por una acacia japonesa, que es la reina del lugar. Sitio apto para la contemplación, la lectura, la meditación...
Las montañas del fondo están al oriente y son parte de Los Andes, cordillera oriental.

Ahora estamos viendo al norte y al oriente al mismo tiempo. Los postes de luz demarcan la vía central. Bajo el sol del verano y en medio del silencio, Laura permanece embebida en la lectura.
La casa con el sol a las espaldas.
Son algo más de las las 3:00 p.m. El sol golpea con rigor.
Frente oriental de la casa.
Los novios, cual es el nombre de estas flores, han resistido con éxito la embestida del verano.
Car oriental de la casa. Estamos en la terraza, donde podemos tomar el desayuno o el almuerzo.
Un momento para visitar a este caballo tan noble y tan fuerte.
Alcoba principal.
Costado norte de la casa y por donde se accede a ella.
El kiosco es uno de los rincones ideales para conversar y tomar una copa.
Arco de pinos que comunica el área del prado con el parqueadero.
La acacia japonesa, la soberana del jardín. Bajo su sombra se esconde, al centro, un banco propicio para la lectura, la meditación, la contemplación....

Arriba y abajo, palma o palmera blanca.

Costado occidental de la casa, lado que da al parqueadero.
Frente norte de la quinta. Al centro, puerta de acceso.
Vista hacia el oriente. Al fondo y a la derecha, el parqueadero.
Mirada hacia los cerros del oriente, desde la terraza de la quinta.
La chimenea se enciende para exaltar el espíritu.
A la derecha, al fondo, está la cocina. A la izquierda, el comedor.
Vista hacia el norte.
Vista parcial de la casa.
camilotovar.1(a)gmail.com
tabio1951